Fuente: Fluctus, 7 de septiembre de 2021
El mundo está cambiando y también sus necesidades energéticas.
En una carrera para combatir los efectos del cambio climático, los gobiernos están invirtiendo en una amplia variedad de fuentes de energía renovable; una de las soluciones energéticas de más rápido crecimiento para países costeros e islas son los parques eólicos marinos.
Estos parques están constituidos por enormes turbinas que aprovechan la energía de los vientos oceánicos, convirtiéndola en electricidad y luego enviándola de regreso a la costa para ser utilizada junto con la energía de fuentes convencionales.
Actualmente, tres países, el Reino Unido, China y Alemania, representan más del 75% de los parques eólicos del mundo y muchos otros países ya los están adoptando.
La energía eólica marina representa una nueva oportunidad de crecimiento para las empresas con experiencia en trabajos relacionados a la extracción de petróleo y gas en el mar; estos conocimientos se pueden transferir a la energía eólica marina; algunos países costeros están viendo esta oportunidad y desean participar en este tipo de explotación.
La energía eólica se ha utilizado durante siglos de una forma u otra; la primera granja eólica marina entró en funcionamiento en la década de 1980.
Actualmente, el proyecto de parque eólico marino más grande del mundo es el de Dogger Bank en el Reino Unido, se está construyendo a unas 180 millas al este de la costa de Yorkshire; cuando se complete, esta enorme granja incluirá más de 200 aerogeneradores.
Desde la década de 1990, la producción de energía de las turbinas eólicas ha aumentado en forma drástica, a pesar de estos avances tecnológicos, la forma en que funcionan las turbinas eólicas se ha mantenido prácticamente igual; es decir a medida que sopla el viento, fluye a lo largo de las palas con el adecuado perfil aerodinámico haciendo que giren; este giro impulsa un eje de transmisión a un generador eléctrico integrado en la turbina misma que genera electricidad, esta energía se envía a tierra a través de cables submarinos.
Dado que los vientos marinos soplan a velocidades más altas y constantes que las que experimentamos en tierra, tienen el potencial de producir mucha más energía que sus contrapartes terrestres. Esto los convierte en una inversión lógica para cualquier país que busque fuentes de energía más ecológicas.
Por supuesto, siempre hay desafíos importantes cuando se trabaja en el mar; uno de los más importantes es el gran tamaño de los componentes de las turbinas eólicas modernas; algunos de los últimos modelos miden más alrededor de 160 m de altura y cuentan con palas cuyo largo es similar a un campo de fútbol.
Claramente, instalar una turbina tres veces más grande que la estatua de la libertad es bastante difícil, pero hacerlo en el mar es increíblemente más desafiante. No es raro que el mal tiempo y la mala visibilidad retrasen las instalaciones; además la posibilidad de pérdida o daño del equipo es mucho mayor de lo que sería en tierra. Por esta razón es que la que la mayoría de los componentes de las turbinas están prefabricados para facilitar el envío y luego se ensamblan en el mar mediante barcos grúas especiales. Este tipo de embarcación está diseñado para trabajar con soportes de apoyo que asientan en el fondo del mar para proporcionar estabilidad durante la operación en el mar.
La embarcación Skyla de la empresa Sea Jack se encuentra entre los buques grúas más grandes y avanzados que existen; está equipado con soportes de apoyo de 114 m que otorgan la estabilidad al buque para realizar las tareas de montaje en sitios con una profundidad de 70 m.
El enorme espacio de la cubierta sirve para transportar los componentes del aerogenerador y alberga la grúa principal con una capacidad de carga de 1500 ton así como las dos grúas auxiliares para izar los otros tipos de componentes.
Tradicionalmente, las turbinas se colocaban sobre cimientos de acero u hormigón; sin embargo, los aerogeneradores de aguas profundas se instalan en plataformas flotantes sujetas al fondo mediante cadenas ancladas en el fondo del mar.
Aunque el funcionamiento de estos aerogeneradores es bastante sencillo, la tecnología no lo es, por lo que el mantenimiento es una fuente constante de dolores de cabeza y además muchas veces puede muy peligroso acceder a las torres en situaciones climáticas adversas como mares tormentosos donde se puede poner en peligro la vida de las personas; sin embargo, se han establecido procedimientos de rescate incluso para escenarios como el de sufrir un desmayo y quedar inconsciente mientras se está suspendido a cientos de metros en el aire.
A pesar de estos desafíos cada vez más países en todo el mundo buscan desarrollar o expandir su industria eólica marina, recientemente, Noruega anunció que tiene en marcha unos 63 emprendimientos marinos diferentes; dos de ellos ya están en pleno funcionamiento, a pesar de ser el mayor productor de petróleo y gas de Europa occidental en sus explotaciones en el mar del Norte se ha comprometido con las energías renovables.
Con la incorporación de estos parques eólicos Noruega espera complementar sus emprendimientos hidroeléctricos y geotérmicos para convertirse en las próximas décadas en un país 100% renovable.
La capacidad instalada de energías renovables durante los últimos 20 años a nivel mundial, se encuentra entre 30 a 31 GW de potencia; varios analistas creen que para 2030 estará cerca de los 250 GW.
Aunque las condiciones climáticas en los mares presentan dificultades; las mismas no resultan ser tan importantes como lo que sucede con el transporte e instalación de aerogeneradores en tierra donde se presentan un diverso conjunto de retos.
La mayoría de los parques eólicos están ubicados en áreas remotas de difícil acceso donde no solo se requieren equipos especiales para instalarlo, sino que también se necesitan camiones especiales para transportar las torres y las palas de 100 m de largo de los nuevos aerogeneradores. La mayoría de estos vehículos tienen remolques con dirección automática en la parte trasera para ayudarlos a sortear curvas difíciles; otros cuentan con remolques telescópicos para adaptarse a varias longitudes de componentes; aun así incluso con equipos de transporte especializados, los accidentes ocurren debido ya sea por las carreteras de montaña resbaladizas, rutas en malas condiciones o la conducción deficiente, no todas las turbinas llegan a su destino de manera segura.
La energía eólica ha demostrado tener un gran potencial para ayudar al movimiento de la energía verde pero persisten los debates pues son motivo de preocupación su costo y el beneficio de este tipo de inversión. Muchos gobiernos todavía sienten que los aerogeneradores son demasiado caros y no son lo suficientemente eficientes para satisfacer las necesidades energéticas del mundo; incluso Noruega, con sus 63 proyectos de parques eólicos marinos obtiene actualmente el 95% de su electricidad a partir de la energía hidroeléctrica. Islandia, que ya es 100% renovable, utiliza principalmente energía geotérmica; China, que está invirtiendo en múltiples formas de energía renovable, presentó recientemente el parque solar Zengia de 850 MW de potencia, que resulta ser el más grande del mundo.
Aunque el problema de las energías renovables no se ha resuelto de ninguna manera, existen muchas razones para ser optimistas sobre el futuro.