Fuente: Noticias Ambientales. 13 de junio de 2022.
En Japón quieren aprovechar las corrientes de Kuroshio, una de las más fuertes del mundo, para generar electricidad.
La Organización para el Desarrollo de Nuevas Energías y Tecnologías Industriales de Japón (NEDO) dice que esta corriente, que se extiende a lo largo de la costa oeste, podría alcanzar hasta el 60% de la capacidad de producción actual de país.
Para aprovechar esa enorme fuente de energía constante, limpia y renovable es necesario contar con la tecnología adecuada. IHI Corp ha estado desarrollando durante más de una década una turbina submarina que aprovecha las corrientes marinas profundas y las convierte en electricidad.
Según la compañía, el prototipo del proyecto, llamado Kairyu, se asemeja a un avión, tiene 20 m de ancho y 20 m de largo, pesa 330 ton y está diseñado para funcionar anclado al suelo marino a unos 30 – 50 m de profundidad. El cuerpo central alberga un sistema de flotabilidad, mientras que cada una de sus “alas” incorpora una enorme turbina.
En febrero, IHI Corp probó su sistema durante siete días en el mar que rodea las islas Tokara, en el suroeste de Japón. Kairyu fue inmobilizada con un ancla de 280 ton quedando expuesta a las corrientes de Kuroshio, lo que generó hasta 30 kW de energía eléctrica. “Acumulamos una gran cantidad de datos y conocimientos valiosos para su comercialización en el futuro”, dice la compañía.
Los planes comerciales de IHI Corp contemplan instalar varios de estos sistemas a lo largo de la costa este de Japón. Sin embargo, antes de que eso suceda deberá superar muchos otros ensayos. De momento, montar el sistema de turbinas es una proeza de la ingeniaría, por lo que deben encontrar nuevos métodos para hacerlo. Además deben asegurarse que los componentes sean lo suficientemente robustos como para operar durante mucho tiempo sin estropearse.
IHI Corp confía en que logrará superar estas dificultades con el paso del tiempo. El paso siguiente es probar un sistema de 2 MW y prepararse para el inicio de sus operaciones comerciales en la década de 2030 o más adelante.