Fuente: Pontificia Universidad Católica de Chile.
Un grupo de investigadores de Ingeniería, de Ciencias Biológicas y Químicas de la Universidad Católica (UC), asociados al Centro de Investigación e Innovación en Energía Marina, probaron una alternativa no contaminante para prevenir el desarrollo de corrosión y fouling marino en las costas del Pacífico Sur.
La aplicación experimentada para futuras instalaciones de energía marina, consiste en un revestimiento a base de un polímero semiconductor, llamado PEDOT, que retrasa la proliferación de microorganismos que se adhieren a las estructuras de acero en contacto con el agua del mar.
“Hasta ahora, ninguna otra iniciativa interdisciplinaria había levantado información de base sobre la corrosividad o la agresividad de nuestras costas, ni en Chile ni en ningún otro país del Pacifico Sur”, destacó el académico Ignacio Vargas, quien lidera el proyecto desde Ingeniería Hidráulica y Ambiental UC.
El investigador precisó que los estudios se realizaron en los laboratorios de la universidad, testeando placas de distintos tipos de acero inoxidable en tanques con agua de mar, sometiéndolas a condiciones de inmersión y simulando el efecto de las mareas en condiciones de flujo continuo.
“En una primera etapa, se ejecutaron diversos experimentos para determinar la identidad y rol de microorganismos colonizadores de las estructuras; también se midió el efecto del potencial electroquímico de la superficie en la iniciación del proceso de biocorrosión”, indicó Ignacio Vargas. El ingeniero civil ambiental UC agregó que luego se experimentó el uso del revestimiento PEDOT en placas de acero inoxidable. Estas fueron expuestas en agua de mar por varios meses.
“La aplicación estudiada arrojó resultados prometedores. No sólo protegió el material de la corrosión, al evitar la proliferación de microorganismos, sino que también al ambiente marino de una posible contaminación sobre el uso de esta tecnología”, adelantó el experto.
En este sentido, el ingeniero UC valoró los alcances de la innovación experimentada, porque representa una alternativa a las pinturas anti-fouling que hay en el mercado, las cuales utilizan metales y elementos tóxicos para evitar la proliferación de biopelículas corrosivas en las estructuras inmersas en el mar.
El académico añadió que la motivación principal de estos estudios se enmarca dentro del área de las energías marinas; sin embargo señala que los resultados obtenidos beneficiarán a cualquier industria que requiera para su desarrollo infraestructuras marino-costeras.
Las investigaciones realizadas en el Litoral Central, se están proyectando hacia otras zonas del país con potencial energético marino. Actualmente, los expertos dirigen sus esfuerzos al estudio de la corrosión en las costas del Canal de Chacao, en la Región de Los Lagos.
La salinidad del agua de mar, tiene efectos nocivos sobre los metales y otras superficies; a esto se suma el crecimiento de organismos vivos que aprovechan estas instalaciones para fijarse y crear un hábitat, como algas y moluscos.
En barcos y pequeñas estructuras, la mantención frente a dichos problemas puede ser sencilla, pero en estructuras de gran volumen esta tarea resulta difícil de llevar a cabo; se estima que el problema de la corrosión marina a nivel mundial promedia un gasto de 1,3 billones de euros anuales.