La AIE asegura que “El rápido despliegue de tecnologías limpias hace que la energía sea más barata, no más costosa”

Fuente: 4C Offshore. Chloe Emanuel 30/05/2024 
https://www.4coffshore.com/news

Acelerar el paso a tecnologías de energía limpia mejora su asequibilidad y puede aliviar las
presiones sobre el costo de vida según un nuevo informe especial de la AIE publicado.
El informe titulado “Estrategias para transiciones de energía limpia asequibles y justas” muestra
cómo encaminar al mundo hacia cero emisiones netas para 2050 requiera de una inversión adicional,
pero también reduce los costos operativos del sistema energético global a más de la mitad durante
la próxima década en comparación con una trayectoria basada en la configuración política actual.
El resultado neto es un sistema energético más asequible y justo para los consumidores.

En muchos casos, las tecnologías de energía limpia ya son más competitivas en términos de costos a
lo largo de su vida útil que aquellas que dependen de combustibles convencionales como el carbón,
el gas natural y el petróleo. La energía solar fotovoltaica y la eólica son las opciones más baratas
para la nueva generación incluso cuando los vehículos eléctricos incluidos los de dos y tres ruedas,
tienen costos iniciales más altos, generan ahorros debido a menores gastos operativos.
Los electrodomésticos energéticamente eficientes, como los equipos de aire acondicionado ofrecen
beneficios de costos similares a lo largo de su vida útil.
Para aprovechar los beneficios de las transiciones a energías limpias se deben desbloquear los
niveles más altos de inversión inicial. Este es el caso en las economías emergentes y en desarrollo
donde las inversiones en energía limpia están rezagadas debido a que les resulta dificultoso lograr el
acceso a la financiación, la distorsión en el sistema energético mundial en forma de subsidios a los
combustibles fósiles hace que las inversiones en energías limpias sean más desafiantes.
Según el informe de la AIE: Los gobiernos de todo el mundo gastaron colectivamente alrededor de
USD 620 mil millones en 2023 subsidiando el uso de combustibles fósiles, mucho más que los
USD 70 mil millones que se gastaron en apoyo a inversiones en energía limpia.
Los beneficios de una transición energética más rápida y una proporción cada vez mayor de energías
renovables (como la solar y la eólica, con costos operativos más bajos que las alternativas de
combustibles fósiles) podría llegar a los consumidores.

Los precios minoristas de la electricidad suelen ser menos volátiles que los precios de los productos
derivados del petróleo, lo que genera costos más predecibles, sin embargo, alrededor de la mitad
del gasto total de energía de los consumidores hoy en día se destina a productos derivados del
petróleo y otro tercio a electricidad, los precios de la electricidad se convierten en el principal punto
de referencia para los consumidores y los hogares.
A medida que los vehículos eléctricos, las bombas de calor y los motores eléctricos absorben una mayor
proporción de la demanda del transporte, los edificios y la industria; para 2035 la electricidad
superará al petróleo como principal fuente de combustible en el consumo final.
El director ejecutivo de la AIE Fatih Birol afirma que “Los datos dejan claro que cuanto más rápido se
avance en la transición a la energía limpia, más rentable será para los gobiernos, las empresas y los
hogares, si los formuladores de políticas y los líderes de la industria posponen la acción y el gasto
hoy todos terminaremos pagando más mañana. El primer análisis global de nuestro nuevo informe
muestra que la manera de hacer que la energía sea más asequible para más personas es acelerar las
transiciones, no demorarlas, pero es necesario hacer mucho más para ayudar a los hogares,
comunidades y países más pobres a afianzarse en la nueva economía de energía limpia”.
En 2022, durante la crisis energética mundial, los consumidores de todo el mundo gastaron casi
USD 10 billones en energía (un promedio de más de USD 1.200 por cada persona en el planeta),
incluso después de descontar los subsidios y el apoyo de emergencia de los gobiernos; esto es un
20% más que el promedio durante los cinco años anteriores y los altos precios afectaron más
duramente a los más vulnerables, tanto en las economías en desarrollo como en las avanzadas.
El informe concluye que los incentivos y un mayor apoyo especialmente dirigidos a los hogares más
pobres pueden mejorar la adopción de tecnologías de energía limpia. Esto permitiría a todos los
consumidores especialmente aquellos menos favorecidos aprovechar plenamente los beneficios de
estas tecnologías y el ahorro de costos al tiempo que apoyaría los esfuerzos para alcanzar los
objetivos internacionales en materia de energía y clima.
El informe establece una serie de medidas, basadas en políticas probadas en países de todo el
mundo, que los gobiernos pueden implementar para hacer que las tecnologías limpias sean más
accesibles para todas las personas.

Estos incluyen la implementación de programas de modernización de la eficiencia energética para
hogares de bajos ingresos; obligar a las empresas de servicios públicos a financiar paquetes de
calefacción y refrigeración más eficientes; hacer que los electrodomésticos altamente eficientes
estén más fácilmente disponibles; ofrecer opciones asequibles de transporte limpio, incluido un
mayor apoyo al transporte público y a los mercados de vehículos eléctricos de segunda mano;
reemplazar los subsidios a los combustibles fósiles con transferencias de efectivo específicas para
los más vulnerables y utilizar los ingresos del precio del carbono para abordar posibles
desigualdades sociales que puedan surgir durante las transiciones energéticas. 
La intervención política será crucial para abordar las marcadas desigualdades que ya existen en el
sistema energético actual, donde las tecnologías energéticas asequibles y sostenibles están fuera
del alcance de muchas personas.
Las desigualdades más fundamentales las enfrentan los casi 750 millones de personas de las
economías emergentes y en desarrollo que carecen de acceso a la electricidad y los más de 2 mil
millones de personas que carecen de tecnologías y combustibles limpios para cocinar.
Al mismo tiempo, el 10% de los hogares más pobres de las economías avanzadas gasta hasta una
cuarta parte de su ingreso disponible en energía para su hogar y transporte, aunque consumen
menos de la mitad de energía que el 10% más rico.
El informe advierte que el riesgo de shocks de precios no desaparece en las transiciones a energías
limpias y que los gobiernos deben seguir mostrando vigilancia sobre nuevos riesgos que podrían
afectar la seguridad y la asequibilidad energética. Las tensiones y agitaciones geopolíticas siguen
siendo importantes factores potenciales de volatilidad tanto en los combustibles tradicionales como
más indirectamente en las cadenas de suministro de energía limpia.
El cambio hacia un sistema energético más electrificado también pone en juego una nueva serie de
peligros que son más locales y regionales, especialmente si las inversiones en redes, flexibilidad y
respuesta a la demanda se quedan atrás. Los sistemas energéticos son vulnerables a un aumento de
los fenómenos meteorológicos extremos y los ciberataques lo que hace que las inversiones
adecuadas en resiliencia y seguridad digital sean cruciales.