Proyectan el primer prototipo de Energía Undimotriz en Latinoamérica
Fuente: gabinete.org.ar
Equipo que desarrolla el proyecto en la Universidad Tecnológica Nacional
Según los datos internacionales en el litoral oceánico argentino la potencia promedio se encuentra entre los 30 y 100 KW/h por metro lineal de ola.
En este aspecto, las mayores olas se encuentran al Sur y Sudeste de la Isla Grande de Tierra del Fuego, donde la altura promedio que oscila entre los 1,75 y 2 metros. Al sur de Puerto Deseado y en la Costa Norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego encontramos olas de 1,50 a 1,75 metros, mientras que en el resto de la costa patagónica y bonaerense la altura promedio anual es de 1,25 a 1,70 metro. También se producen olas de menor tamaño (entre 1 y 1,25 metro), pero igualmente aprovechables, en los estuarios de Bahía Blanca, Golfo San Matías, Golfo San Jorge y al sur del Puerto de San Julián.
Por estas razones, un equipo de la Universidad Tecnológica Nacional ha constituido el Grupo de Investigación “Proyecto Undimotriz” para diseñar y construir un dispositivo capaz de aprovechar este recurso.
Este proyecto guarda similitudes con otros emprendimientos que se realizan en diversas partes del mundo y dadas las características del litoral marítimo de Argentina, si logra alcanzar la etapa industrial, será de enorme importancia para que el país logre su meta en materia de energías renovables hacia 2020.
Según el director del proyecto, el Ingeniero Mario Pelissero, “el diseño básico es muy simple: consta de un cuerpo fijo donde se aloja el sistema electromecánico unido a un par de brazos de palanca que en su extremo tienen adosada cada uno una boya. Las boyas capturan la energía del movimiento de las ondas marinas que se trasmite por medio del brazo de palanca al sistema electromecánico donde se genera la corriente eléctrica”.
Este mecanismo podría estar flotando en la superficie (boya) o ubicarse semi-sumergido.
Posteriormente, el traslado de la electricidad se realizaría mediante una red de transmisión submarina hasta la costa, donde se ubicaría la estación de transformación y distribución de la corriente eléctrica.
Este proyecto fue pensado para la creación de parques modulares de energía undimotriz, semi sumergidos y ubicados a distancias cercanas de la costa. Si bien inicialmente se pensó reunir una serie de estos dispositivos para abastecer comunidades no conectadas con el sistema, estos “parques” también podrían conformarse como fuente de energía de industrias, generadores de hidrógeno, cargadores de baterías o incluso que actúen como proveedores del Sistema Interconectado Eléctrico Nacional.
La idea inicial fue generar un dispositivo versátil, que se pueda adecuar a las necesidades del lugar donde va a estar ubicado. En este sentido, afirma Pelissero, “con pequeñas modificaciones de tipo mecánico, como por ejemplo que el brazo sea telescópico o que las boyas se puedan intercambiar, el usuario podría tener la posibilidad de adaptarlo a las diferentes situaciones para obtener el mayor rendimiento”.
Con respecto a la potencia de generación, sus creadores explican que, “tomando como dato medio una potencia de 70 KW y considerando que el dispositivo pueda abarcar un metro de la ola, se podría obtener una potencia cercana a los 50 KW por unidad productiva”.
Actualmente, el equipo de trabajo está abocado al aspecto mecánico del dispositivo, es decir a resolver cómo se va a lograr captar la energía de las ondas. “Ya tenemos la idea de cómo funcionaría el sistema, la parte conceptual del dispositivo, y esperamos a fin de este año poder empezar a construir un prototipo para probarlo”, explica entusiasmado el ingeniero Leonardo Plaun, encargado de la parte mecánica del proyecto.
Por otra parte, también se está evaluando el tema de los materiales para la construcción dispositivo, ya que estos deben soportar la corrosión y las condiciones adversas del mar. “En función del impacto ambiental, estamos estudiando –comenta el ingeniero Pelissero- si el dispositivo va a ir pintado y, en ese caso, con qué tipo de pintura; o si utilizamos el material tradicional (acero) con sistemas de protección de ánodos de sacrificio. Otra opción posible sería recurrir a materiales poliméricos que tienen la gran virtud de no sufrir fenómenos de corrosión”.
Se cree que la fase experimental del prototipo tendrá lugar en la costa de la Ciudad de Mar del Plata, donde el promedio de olas es de 1,2 metros y una profundidad de entre 5 y 10 metros. Este escenario resulta conveniente por la proximidad a la ciudad de Buenos Aires y la logística que puede brindar el Centro de Estudios Mar del Plata de la Universidad Tecnológica Nacional, que también realiza investigaciones afines al quehacer marítimo.