Fuente: Marta Villar. Oleiros 15·12·21
El puerto exterior es la segunda zona del mundo en experimentación de energía de las olas, tras la costa sur de Gales, y ahora el Gobierno plantea que también acoja estudios del viento.
Punta Langosteira se ideó como puerto refugio y está demostrando que el brutal oleaje de esta zona de Arteixo tiene unos aprovechamientos mejores, sin contar la cantidad ingente de percebes que produce.
En 2015 se puso en marcha en la zona un parque experimental de energía undimotriz, generada a partir de la fuerza de las olas, dentro del proyecto EnergyMare, un plan coordinado por el Instituto Enerxético de Galicia y en el que participan España, Portugal, Francia, Reino Unido e Irlanda, para analizar las potencialidades de la energía marina en toda la costa atlántica.
Ahora el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico acaba de publicar el borrador de la Hoja de Ruta para el desarrollo de la Eólica Marina y de las Energías del Mar en España y el documento tiene un apartado dedicado a Langosteira.
En esta hoja de ruta del Gobierno se destaca que la del puerto exterior de Arteixo es “la segunda zona experimental del mundo con mayor concentración de energía de las olas, por detrás de la costa sur de Gales”.
En el documento se explica que desde mediados de 2015 las aguas de punta Langosteira son el “laboratorio marítimo” en el que empresas y entidades investigadoras realizan ensayos para obtener energía a partir del oleaje. Este experimento se ideó para un plazo de al menos cuatro años y pasado este tiempo y según este borrador del ministerio, ahora se plantea “la modificación de la concesión para que pueda acoger también ensayos de eólica marina”.
La investigación por lo tanto pasaría de estudiar el aprovechamiento del oleaje al aprovechamiento del viento en el mar, un paso lógico sobre todo por el boom que está viviendo este tipo de energía y después de los tres proyectos que acaban de presentarse a tramitación ante el ministerio para instalar parques marinos flotantes en las costas gallegas: el de San Cibrao de 490 MW y el de San Brandán de la misma potencia, ambos en el entorno de Cabo Ortegal; además del de Nordés de 1,2 GW.
Este estudio de la energía del oleaje, que ahora pasaría a ser estudio de la energía eólica, se ha realizado en una zona de 2,6 km2 a entre veinte y sesenta kilómetros de la costa (delimitada por boyas) y una profundidad de 500 metro.